Era algo sobre mí
sobre mi abuela analfabeta sobre mis tías gordas que no aspiraron nunca a nada más que
casarse
tener hijos
aguantar lo que el destino les ponía enfrente
sin juzgar
No supe decir sí
al marido, a las órdenes,
a los hijos, joyas colgando del cuello
Destino otro
no mejor
otro
seca como yegua vieja, dijo un tío abuelo sobre mí.
Una mujer sola no vive mucho
aseguró alguien más
pero yo, yo vi qué pasa con ellas, las muy jóvenes
pariendo hijos, hijos, que son anclas
cuerpos informes de amor y compromisos
corajes
horarios
Mi madre era espiga tierna
y obedeció
no supo nunca qué era ella, qué podía ser
dijo sí, sí, a todo
y la molieron a golpes
ella decía sí porque era normal
las mujeres aguantan todo
son fuertes
la raíz del mundo
se levantan con moretones y paren más hijos
cada hijo es un sí lleno de amor
y gratitud
porque los hombres son semilla y ellas son la tierra
hermosa tierra húmeda
dispuesta a abrirse al enemigo fecundo
Mi madre puso agua en el pocillo para hacer café
se volvió hacia mí:
—Al menos ten uno hija, si no, te arrepentirás luego, ya verás
una didáctica extraña
yo, autista, permanecía en silencio
tomábamos el café sin hablar
mirando algo en la ventana
algo ficticio
algo lleno de verdad
pero invisible
como amar a Cristo, algo así
como cantar en la iglesia ese amor ferviente
con todo el cuerpo, con todo el amor que nos ha sido puesto
dentro por alguien más
porque nuestro cuerpo, como todos los cuerpos,
es una semilla obligada a crecer
y amar
porque el amor es fuerte y es raíz del mundo
y hay que decir sí
siempre habrá gente más idiota que tú
teniendo éxito
logrando mucho con muy poco
ya deberías saberlo
los ves
maniquíes detrás del cristal
enjoyados
sonrientes
tetas falsas
cabelleras hermosas
más idiotas que tú, repito,
que se iban temprano de clase
que no hacían tarea
que hicieron lo mínimo para cursar la escuela
esos
hijos de
sobrinos de
o simplemente bonitos que en medio de un coctel
voltearon la cabeza y dijeron: Ah, me gustaría escribir
y el hombre canoso de al lado justamente el editor de esa
editorial que te mandó
seis cartas de rechazo, la última en tono amenazante
dijo: Oh, mándame tu manuscrito cuando lo tengas
porque así es aquí, este medio,
se premia al imbécil, no deberías tomarlo a mal
no es personal
eso suelo decir en clase cuando un compañero arremete contra
alguno que sospecha débil
no es contra ti
el arte no es justo
nada lo es
ni tu madre eligiendo a tu padre de los dos tres hombres que
pudo elegir
nada lo es
tu empleo
tu disposición genética
tu sonrisa a medias cuando no comprendes
el cerdo que te comiste en la mañana no tuvo justicia alguna
su cuerpo en el matadero hace días estaba frío
pero en la mañana crujía en tu plato
nada lo es
no es personal
tu jefe le dará el aumento a su amante idiota
que ni guapa es
pero espanta las moscas de su oficina
no tiene que ver con tu trabajo, tu talento si hubiera,
tu disposición a la alegría simple
no es personal repito
repito
repito
que el piano cae sobre alguien en La pantera rosa
es un azar
solo eso
una perla imperfecta del collar de perlas
que le dieron a tu madre cuando abrió su cuenta en el banco
el idiota tiene suerte
más que tú
eso seguro
ese tarado bueno para nada ahora tiene su propio programa en la
tele cultural del Estado
su columna está muy bien pagada
o es un alto funcionario
o viaja mucho
tiene todo lo que querías para ti vamos
es una mejor versión de ti ese imbécil
con cero talento y sin embargo
fue más allá de ti mismo
sin talento alguno logró lo que tu talento no pudo
in cre í ble
sé menos tú y lograrás algo
no sé un puesto de asesor por lo menos
sé el piano que cae
sobre sí mismo